El grupo de patinadores del barco estaban por ahí para hacernos una demostración de cómo hay que hacerlo… qué mostros!! Haciendo piruetas, saltos, posturas elegantes, etc… la verdad es que después de 10 minutos tenía los pies que me iban a reventar. Ya los tengo así todos los días desde que he llegado, al final del día me quiero morir… pero encima las botas chungas esas me hacían daño. Pero no tenía tiempo que perder! Había quedado con Daniel, un brasilero muy simpático que trabaja en la Crew Office, es decir, la oficina que me dio la bienvenida. Cuando me vió con el violín me dijo que él tocaba el piano que a ver cuando quedábamos. Así que esa tarde me llamó “Te acuerdas que habíamos quedado hoy??” “Si?” así que me fui a la 00.45 con él al dinning room donde hay un piano de cola, el había sacado algunas partituras de Internet: partituras de Elton John, Disney, brasileras. Música cursi como le dije yo. Tocaba super bien y estaba todo contento porque decía que era la primera que tocaba con alguien. Yo estaba encantada de sacar el violín de debajo de la cama y poder tocar en ese salón tipo Titanic, con un piano de cola y un par de copas de tinto bueno apoyados sobre él. Así que quedamos para la semana que viene con nuevas partituras, me toca elegir a mi… algo menos cursi por favor!!
Como siempre, había que echarse el último cigarrito antes de dormir. Para ello nos fuimos al Crew Bar. Mientras que calmaba mi ansia por la nicotina había un par de personajes en la pista de baile: un negro chiquitillo con una sonrisa enorme y un filipino chiquitillo con sombrero. Bailaban TAN bien!!! Me acordé de Kriss. Se pusieron a flipar del todo haciendo piruetas en el suelo, coreografías extrañas y yo estaba flipando con la boca abierta, animando y diciendo wuuuuuu, ese sonido que me gusta tanto, así que me sacaron a bailar. El chino discotequero me dio una master class que todavía me acuerdo. Nunca me dieron una clase mejor que esa. Estoy deseando encontrármelo otra vez. Esa noche dio mucho de si. Quizas la que dio mucho de si fui yo. A la mañana siguiente me quería morir porque no había Dios que me sacara de la cama… Tengo que aprender a controlarme, pero una a veces tiene que aprender a base de equivocarse. Es que una es así!!

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